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Qué hacer y que no hacer para ayudar a un ser querido que sufre de problemas de salud mental:

A las personas que se les guarda un especial afecto y se encuentran a nuestro alrededor como la familia y los amigos juegan un rol muy importante a la hora de apoyar a las personas que atraviesan problemas de salud mental. Sabemos que apoyar a otro individuo no es una tarea sencilla, los amigos y familiares pueden sentirse desorientados a la hora de ofrecer ayuda.

Por ello en este informativo te brindamos distintas recomendaciones sobre que debes y lo que no debes hacer cuando ofreces apoyo a una persona con problemas de salud mental.

Recomendaciones que puedes poner en práctica para apoyar a tu ser querido:

- Escucha y valida sus emociones: Siente curiosidad por saber con qué está luchando y cómo le está afectando a esa persona a la que le tienes aprecio. Puedes hacer preguntas, procura hacer preguntas abiertas para que pueda compartir su experiencia. Por ejemplo: “¿Qué está pasando?”, o “¿Cuánto tiempo has estado experimentando esto?”, o “¿Cómo es tu día a día?”, preguntas así suelen ser muy útiles. Cuando tu ser querido responda, valida sus emociones, lo/la ayudarán a sentirse escuchado/a y aceptado/a. Es importante que puedas validar lo difícil o dolorosa que es su experiencia.

- Realiza preguntas amigables: No supongas lo que sería útil para tu ser querido, pregúntale directamente: “¿Cómo puedo apoyarte?”, “¿Qué te sería útil en este momento?”. Recuerda: el apoyo es diferente para todas las personas, cada individuo afronta de forma diferente las situaciones y aunque sean muy parecidas no necesariamente será lo mismo.

- Ofrécete para ayudar con las tareas diarias: Las personas que luchan con su salud mental les resulta difícil tomar decisiones o realizar tareas pequeñas. En lugar de usar la popular frase: “estoy aquí para lo que me necesites”, trata de ser específico sobre lo que estás ofreciendo. Si lo/a visitas echa un vistazo a su alrededor y revisa cómo puedes ayudar. Quizás puedas cocinar, lavar platos, limpiar, regar las plantas o doblar la ropa. También puedes ofrecerte para llevarla/lo a una cita médica o al supermercado para o a una farmacia.

- Celebra sus victorias, incluidas las pequeñas: Los días comunes pueden estar llenos de desafíos para una persona que están luchando con su salud mental. Por lo tanto, asegúrate de ver sus logros y victorias. Esto puede ayudar a reafirmar sus sentimientos de eficacia y autonomía. Por ejemplo, puedes agradecerle por ser honesto y vulnerable contigo o felicitarlo por ir al trabajo o sacar al perro a pasear con regularidad.

- Infórmate sobre lo que está pasando: Hay otra carga importante que puedes quitarle de sus hombros: tener que explicarte en detalle sus problemas de salud mental o diagnóstico. En vez de eso, tómate el tiempo para leer e informarte sobre lo que le está pasando. Por ejemplo, aprender más sobre la depresión, los ataques de pánico o la ansiedad. De esta manera podrás comprender mejor su situación y ser consciente de los comportamientos, síntomas graves o de riesgo que debes tener en cuenta.

- Comunícate con regularidad: Las personas con problemas de salud mental suelen sentir culpa por creer que son una carga. Por lo tanto, habla frecuentemente con ellos (los mensajes de texto funcionan muy bien y no son intrusivos), hazle compañía cuando puedas y recuérdale a tu amigo o familiar que lo amas y que estás de su lado. Reconoce que no todos los problemas de salud mental tienen la misma forma.

- Normaliza hablar sobre salud mental: Es importante que eliminemos el estigma de cuidar nuestra salud mental y hablemos de ello de la misma manera que hablaríamos sobre ir al médico por una enfermedad física. Considera abrirte y ser vulnerable al hablar sobre tu salud mental. De esta manera tu ser querido podrá sentirse en confianza y ser honesto sobre sus propios problemas de salud mental.

Qué no deberías hacer ante un ser querido que sufre problemas de salud mental:

- No compares tu experiencia con la de otros: Las personas experimentan de manera diferente los problemas de salud mental. Sin embargo, es posible que sientas el impulso de decir algo como: “todo el mundo siente ansiedad, depresión, etc.”, o creas necesario mencionar que un conocido tuvo el mismo problema. Aunque decir esas cosas puede ser útil. También es posible que tengan un efecto negativo y que tu ser querido se sienta presionado a superar el problema o que minimice lo que está pasando.

- No uses lenguaje estigmatizador: Ten cuidado con la forma en que hablas sobre la salud mental con tu ser querido. Evita usar palabras estigmatizantes como “loco”, o usar diagnósticos clínicos en tus conversaciones. Por ejemplo: “eso es tan TOC” cuando alguien es muy organizado. Tomate el tiempo para verificar tus propios prejuicios sobre la salud mental. De esta manera le ahorrarás un dolor innecesario a tu ser querido.

- No tomes su comportamiento como algo personal: Las luchas por la salud mental de las personas a menudo no son lineales ni predecibles. Tal vez tu amigo se muestre conversador un día y al otro no. Si bien puedes sentirte herido u ofendido por sus acciones, no asumas que es algo personal. En su lugar, usa estas señales como momentos para hablarle, preguntarle qué puedes hacer para apoyarles y recuérdales que estás disponible para ellos.

- No intentes controlar la situación: Cuando tienes a un ser querido que sufre o que está angustiado, es muy fácil intentar tomar el control de su vida. Pero esto disminuye su sentido de autogestión y autonomía. Debes acompañar a tu ser querido mientras navega sus propias luchas, sin dirigirlo ni presionarlo.

- No evites los sentimientos que te surgen: A menudo surgen nuestros propios sentimientos difíciles y nuestra propia incomodidad o ansiedad. Cuando esto sucede, es importante no esconder las emociones. Dedica tiempo para reflexionar sobre lo que sientes. Cuanto mejor te cuides, mejor podrás apoyar a tu ser querido.

Recuerda que tu salud es importante, el cuidar tu salud mental también es prioridad para seguir apoyando a tus seres queridos. No te avergüences si te das cuenta de que podrías necesitar algún apoyo o atención profesional. Busca en tu localidad centros de apoyo que puedan ayudarte a cuidarte y apoyar a tu ser querido.

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