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Comunicación Familiar

La comunicación es fundamental dentro de la dinámica familiar ya que le permite a cada uno de sus integrantes el poder crecer, desarrollarse, resolver sus conflictos, madurar, el poder comprenderse entre sí mismos y dentro de la sociedad; en este proceso es importante el hacer partícipes los unos a los otros en lo que piensan, sienten y hacen, siendo indispensable, ayudando de gran manera en la relación de pareja y en la relación entre padres e hijos fortaleciendo la sinceridad para que los lazos que se crean sean sólidos, teniendo una familia unida, plena y feliz.

Al tener una comunicación eficaz se ve reflejada en la atención que se prestan como pareja, entre los hijos así mismo entre padres e hijos, es decir en todo momento, sus acciones son positivas, se comparten información, se dan explicaciones de la forma correcta sobre las situaciones que se estén viviendo, se dan afecto y muestran sus sentimientos el uno con el otro, sus gestos o palabras son adecuadas, no se lastiman u ofenden entre ellos, las acompañan con una sonrisa o gestos dulces.

La comunicación debe de basarse en la confianza y no en la sospecha entre los miembros, todos deben de actuar con empatía esto indica que se deben de poner unos en el lugar de los otros es decir los padres hacia los hijos, viceversa o entre sí; dentro de ese mismo ambiente pueden defender sus criterios o formas de pensar, pero expresándolo de forma asertiva y sin generar conflicto. Es importante el tener claro que la familia es una jerarquía de amor donde cada miembro debe de tener presente que ante una situación se debe de escucha más y hablar menos, comprenderse entre sí y expresarse cariño-afecto.

Fomentan los espacios o momentos recreativos entre ellos a través de juegos o actividades que les permita compartir para tener una experiencia de alegría, gozo y diversión; esto permite el crear un clima de comunicación saludable dentro de la familia teniendo una convivencia armoniosa formando espacios donde se les permite el gozar a los integrantes de un mejor proceso de enseñanza aprendizaje permitiéndoles el tener sus espacios o momentos de prueba y error, esto les permite el crecer y avanzar no solo de forma grupal sino hasta de forma personal. No será una tarea fácil ya que lo más recomendable es que los padres de familia creen esta dinámica familiar desde que son niños para fomentar un proceso adecuado o saludable desde temprana edad para que al llegar a la adolescencia o juventud de los hijos el proceso no sea complejo, pero esto no quiere decir que no se pueda iniciar en cualquier momento solo se debe de tener la paciencia y actitud para lograrlo.

Para poder iniciar o fortalecer la comunicación en la familia se comparten estos aspectos que pueden ser implementarlos así tener un proceso adecuado y que de los resultados que se esperan:

  • Se debe de tener mucha paciencia, esto no quiere decir que se deben de consentir malos comportamientos o faltas de respeto sino saber que hay situaciones que requieren de ella.
  • El fomentar la escucha activa para mostrar interés y que se está prestando la atención adecuada, esto es vital para que cada integrante se sienta importante dándole la oportunidad a crecer y madurar.
  • No entrar en conflicto ante cualquier situación sino buscar una solución que beneficie a todos los integrantes o involucrados, es decir que se exprese lo que se piensa sobre la conducta o situación, el escucharse entre sí y reflexionar de lo sucedido.
  • Interesarse por la vida de cada uno de los miembros, que metas tienen, con que sueñan, que les gusta hacer; crear momentos que les permitan conocerse más los unos con los otros, sin transmitir o reflejar que es un interrogatorio porque se tornara en algo incomodo.
  • Apoyarse entre cada uno a comunicar sus emociones tanto positivas como negativas, el decir cómo se sienten ante una situación o actitud que algún miembro tuvo.
  • Deben de respetarse sus momentos y espacios de intimidad para no generar conflicto, el propósito de todo es que se sientan acompañados o apoyados no generar un sentimiento o clima de que se está invadiendo su espacio personal.