emocion_educaci_n.pngEducación de las emociones

Las emociones son respuestas ante situaciones cotidianas del cual vamos aprendiendo a responder y afrontar las situaciones conforme nos sentimos y experimentamos, pero también hay competencias de nuestras emociones que nos encaminan a actuar o sentirnos alguna forma.

 

Competencias de nuestras emociones

  1. Conciencia emocional: Consiste en reconocer las emociones propias y de las demás personas.Regulación emocional: Implica responder adecuadamente a las emociones experimentadas.
  2. Autonomía emocional: Se refiere a la capacidad de que nos afecten demasiado de los estímulos externos, equilibrando sensibilidad e invulnerabilidad.
  3. Competencia social: Implica tener habilidades sociales que faciliten las relaciones interpersonales, ya que están relacionadas directamente con las emociones.
  4. Habilidades de vida para el bienestar: Consisten en un conjunto de habilidades, valores y actitudes que contribuyen al bienestar personal y social.

Debido a estos concetos pudimos identificar que nuestra sensación o percepción hace que sintamos como nos encontramos y tomemos decisiones conforme nuestra vida.

Las emociones se crean cuando el cerebro interpreta lo que sucede a nuestro alrededor a través de nuestros recuerdos, pensamientos y creencias y, en respuesta a ello, modula nuestros sentimientos y conductas. Todas nuestras decisiones se ven influidas por este proceso de uno u otro modo.

Por ejemplo, si te sientes feliz, puedes decidir regresar a casa paseando por un parque soleado. Pero, si de pequeño te persiguió un perro, ese mismo parque soleado puede desencadenar sentimientos de miedo, y probablemente prefieras tomar el autobús. Es posible que existan argumentos lógicos para decantarse tanto por una opción como por la otra, pero, en el momento, tomamos la decisión movidos por nuestro estado emocional.

Cada emoción influye a su modo en las decisiones que tomamos, cuando estamos tristes somos más propensos a aceptar cosas que no juegan en nuestro favor; así, por ejemplo: no nos postulamos para un ascenso en el trabajo o mantenemos una relación tóxica. Ahora bien, la tristeza también puede hacernos más generosos. Los estudios de investigación demuestran que las personas más infelices son más favorables a aumentar las ayudas a los receptores de prestaciones de bienestar social que las personas enfadadas, que carecen de empatía.

Las emociones no solo pueden influir en la naturaleza de la decisión, sino en la celeridad con la que la tomamos. El enfado puede generar impaciencia y hacer que tomemos decisiones precipitadas. Cuando nos emocionamos, podemos tomar decisiones rápidas sin tener en cuenta sus implicaciones, llevados por la confianza y el optimismo ante lo que nos depara el futuro. Presas del miedo, las decisiones pueden verse nubladas por la incertidumbre y la cautela, y puede llevarnos más tiempo decantarnos por una opción.

Por lo mismo todos experimentamos emociones y poder comprender a las personas desde una perspectiva sin juicios propios y con una experiencia única personal fomenta un ambiente de empatía y mejoramiento ya que hay emociones que nos pueden provocar malestares, pero si tienes dudas sobre esta temática puedes escribirnos directamente dando click aqui.

 

Fuentes: